Es un proyecto de reconstrucción e intervención sobre un complejo de estructuras vernáculas. La propiedad rural consiste en una casona mayor inutilizada, una cocina exterior demolida y una vivienda para una familia guardián.

Al momento de iniciar el proyecto, los muros de adobes y bahareque, el techo de teja-carrizo, las carpinterías y los pisos tenían serias afectaciones estructurales y de mantenimiento. El diseño refuerza y mantiene la integridad física, al mismo tiempo, respeta las condiciones preexistentes. Se decidió que cada nueva adición debe mostrar los materiales y las formas actuales. De esta manera, la cocina y los baños adyacentes cumplen una función de la vivienda moderna que la casa original no tuvo.

El desafío de vincular las dos plantas y precautelar la integridad de las paredes exteriores con signos de inminente fracaso dio como resultado el cubo de vidrio y marco de acero.

El proyecto total consiste en la recuperación de la casona, reconstrucción de la casa pequeña, y construcción de un fogón donde originalmente se encontraba la cocina. Hacienda Elena es testigo de un diseño respetuoso con el contexto y la historia. El proyecto unifica y armoniza espacios y usos, e intenta generar un diálogo entre el pasado y el presente.